Argentina: una apuesta a la unidad de izquierda y progresistas (La República de Uruguay)

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Bajo la consigna "Para hacerle frente a la desigualdad", sesionó con cerca de mil delegados y presencias fraternales del exterior y del país, el Primer Congreso Nacional del Partido Socialista (PS) que se sintió con energías para llamar a construir una alternativa de centroizquierda con otras fuerzas progresistas y no solamente con miras a las elecciones de octubre.

ISIDORO GILBERT

El actual PS es una fusión de casi tres años y largo tiempo de negociaciones en lo que era el Partido Socialista Democrático, que es lo quedó como herencia del tronco original que fundara en 1890, sí 1890, Juan Bautista Justo, el primero en traducir al español la obra magna de Carlos Marx, El Capital, con la rama de lo que se llamó Partido Socialista Popular de raíz estudiantil pero que asumió el humanismo y el marxismo como ideario.

Este congreso nacional se realizó en el Hotel Bauen, que es una de las empresas autogestionadas por sus trabajadores, ante el abandono y desguazamiento previo por sus patronos. El debate, como lo subrayó el diputado Jorge Rivas, no careció de diferencias, incluso sobre el modelo de partido a seguir construyendo, pero "civilizado", contraponiéndolo con el clima de riña que exhiben los peronistas y radicales y hasta los conservadores porteños en resolver sus posiciones.

De los discursos oídos surgieron matices, ora más a la izquierda ora más moderado, pero un hilo común hizo que la declaración política fuera aprobada por unanimidad, tanto la posición frente al gobierno de Néstor Kirchner, de oposición no sistemática como en la convocatoria a construir un frente de centro izquierda amplio, casi en la tonalidad de la experiencia uruguaya, para ser alternativa de avanzada en el universo político-electoral.

"Es necesario avanzar en la conformación de un frente amplio, de abajo hacia arriba, con la participación de los militantes", aseguró el senador nacional y titular del PS, Rubén Giustiniani, en el cierre del encuentro.

Participaron delegados fraternales del socialismo uruguayo y chileno, del PT de Brasil y de fuerzas progresistas de otros países, y presenciaron la clausura los embajadores de Venezuela y Cuba. Hablaron además personalidades de otros partidos como la diputada radical Margarita Stolbizer, el diputado de la Central de Trabajadores Argentinos, Claudio Lozano, o el banquero Carlos Heller, representando al Instituto de Fondos Cooperativos. Heller, que es comunista, y los socialistas tratan de apuntalar lo que desde noviembre del año pasado se trata de articular como espacio unitario de centro-izquierda en lo que se conoce como Grupo Rosario.

No es dato menor que el Congreso sesionara ante la perspectiva que para las elecciones de octubre, el PS en alianza con un sector del radicalismo con el ex alcalde socialista de Rosario, Hermes Binner, como tractor de sufragios, salgan primero en la provincia de Santa Fe. En este sentido, el Congreso avaló políticas de alianzas que, como en el caso bonaerense, pueden engarzar a los socialistas con la Izquierda Unida y desprendimientos de otros sectores .

En otros distritos, el PS aún no definió su estrategia: en la Capital, por ejemplo, el legislador porteño Norberto La Porta defiende la idea de presentar candidatos propios, mientras que el diputado nacional Héctor Polino impulsa una alianza con otras fuerzas políticas. La línea del cónclave lo respalda pero las perspectivas, por ahora, son débiles.

Frente a Kirchner se lee en el documento político que "a dos años de gestión justicialista pueden verificarse algunos hechos positivos, como el crecimiento de la economía, la política de derechos humanos y la renovación de la Corte Suprema de Justicia", pero a continuación señala sus críticas al oficialismo, al que acusa de "debilitar la institucionalidad democrática" con la firma indiscriminada de "decretos de necesidad y urgencia" y "no haber cambiado en estos dos años el modelo de concentración de la riqueza que en la última década llevó a la mayoría de los argentinos a la pobreza".

Los socialistas rechazaron la idea de Kirchner de plebiscitar su gestión en las elecciones de octubre. "La vocación hegemónica del justicialismo ha quedado en evidencia una vez más cuando el Presidente intenta tomar las próximas elecciones como un plebiscito. No es más que una propuesta para polarizar la sociedad en torno de la figura presidencial y se insiste así en una gobernabilidad anclada en la confrontación", concluyeron. Se dijo en esta asamblea del crecimiento de la influencia socialista en el movimiento sindical. Sus cuadros participan de la dirección de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) y se observó en los casi mil delegados una mayoría de jóvenes con incidencia creciente en el movimiento estudiantil, pero también en el campo y otros movimientos sociales. *