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Campaña Electoral 2005: BINNER cree en una reforma de cambio social

10 junio, 2005

BINNER cree en una reforma de cambio social


Rosario (C).-
No le importa moderar su nivel de enfrentamiento con el gobierno provincial. Hermes Binner dice que no lo mueve ningún rencor sino un diagnóstico sobre la realidad cuando postula que el menemismo sigue imperando en Santa Fe.
Asegura que si la reforma constitucional tiene urgencia es para instalar un nuevo pacto social que permita desterrar la pobreza que, proclama, azota a la infancia en la provincia como efecto de un modelo que no fue desmantelado.
El titular provincial del Partido Socialista, seguro candidato a diputado nacional en los comicios de este año, condena prácticas que atribuye a la gestión de Jorge Obeid. "El menemismo es una cultura", lanza. Dice que hoy algunos ministerios son "cáscaras vacías", que perdura el clientelismo, que la impunidad se toma como algo natural. Y que los mecanismos de elección de legisladores provinciales previstos en la Constitución vigente son el paraguas que hace perdurables a esos vicios.

-El gobierno plantea que hay dos temas consensuados en la reforma: autonomía municipal y reelección del gobernador. Y que lo demás precisa de un debate previo que demorará inevitablemente la convocatoria a una constituyente.
-Tal vez esos temas, autonomía y reelección, sean los que menos importen al lado de la realidad de la gente. A la mitad de la población le va bien y la otra está sumergida en la pobreza. Si no abordamos este problema vamos al fracaso. Si creemos que es normal que en la provincia haya 150 mil niños que trabajan o son sostenes de hogar ponemos las prioridades en lugares equivocados. Deberíamos aspirar a tener un modelo que atienda a los jóvenes. La santafesina es una sociedad de gran desigualdad y no hay avances para hacerla menguar. Hoy tenemos gente que vive en la pobreza con trabajo estable. Tenemos el 65 por ciento de los niños en hogares pobres y el 30 por ciento en hogares indigentes. Esto último quiere decir que no tienen para comer. Vemos en Rosario y Santa Fe contingentes de niños pidiendo monedas en los semáforos. La reforma constitucional es más necesaria que nunca pero su urgencia tiene que ver con modificar esa realidad. Por eso la consulta no tiene que ser a los partidos políticos sino a toda la sociedad civil. Una constitución es un nuevo pacto social.

-Usted consideró hace dos semanas que en la provincia el menemismo sigue "vivito y coleando". Le contestó hasta el último en el PJ. Y Obeid dijo que habló como candidato a diputado nacional en campaña.
-Si estoy en campaña, no es taquillero plantear lo que dije de los niños, porque ellos no votan. Lo que señalamos es consecuente con nuestros principios y nuestra forma de ver la realidad. Es una muy pequeña causa pensar en los comicios de 2005 si no prevemos lo que con este rumbo va a pasar en 2010 en la provincia.

-Tres meses antes de que asumiera la gobernación usted dijo en El Litoral que la política del menemismo tendría continuidad con Obeid. Y que los peronistas "no lo hacen por perversos, creen en eso".
-El menemismo es una cultura. Yo no hago una acusación al gobernador. Aunque, bueno, la semana pasada, en el programa "El ruido de las nueces" de LT 8, pasaron una grabación donde en un discurso Obeid dice: "El único conductor es Carlos Saúl Menem". O "He privatizado el Banco Provincial de Santa Fe por orden de Menem". Igual insisto en que el menemismo es una cultura y que no dejó institución sin tocar. Se ve en la práctica en la provincia. En que se hayan elegido a parientes y amigos como jueces de paz y que luego se los ratificara en esos puestos. Fíjese lo que fue la reciente elección de los miembros del Tribunal de Cuentas y su convalidación legislativa por el simple paso del tiempo. O votar el presupuesto y tras cartón aprobar una ley que da discrecionalidad para su utilización. Eso es menemismo. La impunidad aquí se toma como algo natural. Si hablamos de reforma es para transformar estas cosas. Debe ingresar al temario la cuestión del aprovechamiento de la democracia participativa para mejorar la gobernabilidad, ver cómo se controla el Estado, alterar los ministerios que son cáscaras vacías. Veamos el Ministerio de Obras Públicas: no hay nadie allí que haga estudios confiables para llamar a licitaciones. En las últimas les han errado por el 100 por ciento. Si en esas cáscaras vacías no incorporamos personal técnico, gente que conozca, no vamos a ningún lado. Si en esas estructuras lo que queremos es dar cabida a punteros políticos es otra cosa.

-¿A su juicio pasa eso ahora? ¿Ve una política clientelar en la gestión provincial?
-En esta gestión y en las previas. Hay que pensar que el Estado debe solucionar los problemas concretos de la sociedad civil y no al revés. Necesitamos un plan de salud, un plan de educación, un plan de alimentación, un plan de vivienda, un plan de empleo. Tenemos que buscar consenso para ello.

-¿Cuál es el tema más importante de la reforma constitucional?
-El principal es terminar con la mayoría automática legislativa que da al ganador de la elección, así sea por un voto, 28 representantes sobre 50 en Diputados. Esa es la madre de todas las situaciones que hemos considerado. Eso ha servido para asegurar la designación de los jueces, del Tribunal de Cuentas, de los entes reguladores de servicios públicos concesionados. Esa composición define si hay reforma o no. Eso es contrario al espíritu de la democracia moderna. Una Constitución debe basarse en el pluralismo, en el consenso, el control estatal y la participación de los ciudadanos. La actual es una Constitución rezagada.

-¿Por qué el PS quiere eliminar el Senado?
-Porque no respeta las minorías: se elige uno solo por departamento. El que gana por un voto se lleva el 100 por ciento. Además de elegir un senador, ¿para qué sirven los departamentos? Han perdido vigencia histórica. Hay que repensar la división política de la provincia por regiones: no es lo mismo la región de la cuenca lechera, que la de la agricultura, que la de la ganadería extensiva. Y la territorialidad puede quedar representada en un sistema unicameral como hizo Córdoba.

-Cuando refirió que el menemismo tiene continuidad en Santa Fe le replicaron que su partido fue impulsor de la Alianza y ahora no se hace cargo de su tremendo fracaso.
-Sí nos hacemos cargo de lo que hacemos en la historia argentina. Fuimos parte de la construcción de la Alianza. De lo que no fuimos parte fue del gobierno. Como Partido Socialista nunca nos ofrecieron ningún lugar, no ocupamos ningún ministerio o secretaría. Hubo un solo dirigente socialista, Carlos Nigro, que tuvo un cargo menor en el Ministerio de Trabajo. Y renunció al incorporarse Cavallo al gabinete.

-¿No valora que Obeid cumpliera su promesa de derogar la ley de Lemas?
-Obeid supo leer que la sociedad quería que se terminara esta ley. Muchos de su propio partido no supieron. El sí. En el Senado, justamente, los únicos votos para derogarla fueron los dos radicales y los dos socialistas. Y ningún justicialista. Se lo reconozco, pero nadie puede otorgarse el patrimonio de la decisión de derogarla. Ocurrió por la gran fuerza de la sociedad que lo reclamaba.

Hernán Lascano

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