"Trabajaremos en una propuesta común con el presidente" (La Capital)

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Rodolfo Montes

Exultante, en su noche más gloriosa, Hermes Binner llenó de fervor el festejo socialista en el búnker del hotel Ariston. Con los datos de las mesas testigo asegurados, chequeados una y otra vez, sobre las 10 de la noche el diputado electo subió al estrado envuelto en gritos y papelitos que volaban por el aire. Entonces sí, lejos de los modos medidos, del candidato que tomaba con cautela las encuestas favorables, el ex intendente rompió su propio estilo y gritó un triunfo por "diez puntos en la provincia de Santa Fe. Es una jornada maravillosa, de júbilo", dijo ya sin poder ocultar la emoción.Convertido en el gran ganador de la centroizquierda en todo el país, el socialista ya piensa en lo que vendrá. "Ocuparemos el sillón que nos toque", celebró, tal vez anticipando la gran pelea que se viene por la Gobernación santafesina dentro de dos años.

Entre forcejeos, abrazos y notas periodísticas que le llovían prácticamente de toda la Argentina, La Capital le preguntó que le diría al presidente Néstor Kirchner después de tan arrollador triunfo. "Que vamos a trabajar por una Argentina mejor; le diría que nos respetemos, y que vamos a trabajar por una propuesta en común".Pero a diferencia de la clara señal de armonía para con el jefe de la Casa Rosada, Binner fue duro con el gobernador Jorge Obeid, pues -sin nombrarlo- volvió sobre la metáfora que más lo satisface: "Santa Fe es un tren sin máquina, están los vagones parados en la vía; nosotros, con la gente, lo vamos a poner en marcha".Después llegó el tiempo del agradecimiento para "todos aquellos que escucharon su propuesta, que la receptaron y que terminaron por votarla".

A esa altura de la noche los salones del hotel Ariston, reservados inicialmente para la prensa, fueron invadidos por las barras del Partido Socialista, que dedicaban el triunfo al "PJ que lo mira por tevé".La estruendosa aparición de Binner para comunicar su histórico triunfo ocurrió apenas unos minutos después del otro gran anuncio de la noche, tal vez el más sorpresivo: el realizado por Miguel Lifschitz y Horacio Ghirardi para informar que en las elecciones de concejales de Rosario el Frente Progresista relegó al Partido Justicialista por más de 25 puntos porcentuales: 45 a 18, con lo que lo relegó a un lejano e incómodo segundo lugar.Este dato no es menor. El rutilante triunfo del intendente de Rosario y su candidato merecerá una evaluación política propia.

La aparición de Binner ante sus partidarios no fue sólo para dar datos sobre posibles resultados. Hizo un contundente discurso político. "Recorrimos bibliotecas, centros comerciales, asociaciones de trabajadores y de productores. Estuvimos en todos lados, y la gente nos escuchó. Gracias a todos, vamos a llevar a la gente a la gestión, vamos a representar los intereses de todos los santafesinos", prometió. Luego dedicó una especial mención a los niños, "las principales víctimas", señaló. En una clara reivindicación de un clásico principio socialista, Binner dijo que el "liderazgo de Santa Fe en exportaciones debe tener un correlato en la felicidad de su pueblo, sobre todo resolver el problema del hambre", exclamó.El clima de confianza dominó desde temprano el búnker socialista. A las 18 -hora de cierre de los comicios- las encuestas de boca de urna hablaban de 46 puntos contra 23 en Rosario. Eran datos cercanos a las encuestas que manejaban los socialistas en los días anteriores. Agustín Rossi estaría sumando un par de puntos que las encuestas indicaban para Caballero, decían por esas horas, lo que no fue confirmado por la realidad.A las 19.20 llegaron Lifschitz, el senador nacional Rubén Giustiniani y el diputado nacional Eduardo Di Pollina, entre otros dirigentes. Había clima de alegría, pero contenida. Ganamos, pero "hay que esperar los números", se atajaban. Sin embargo una encuesta de boca de urna que llegaba desde la Casa Rosada -Alberto Fernández- sobre treinta localidades traía tranquilidad y confianza al jefe de prensa de la Municipalidad de Rosario, Daniel Canabal. Le otorgaba 8 puntos a Binner sobre Rossi en toda la provincia.Los representantes del radicalismo, socio partidario del PS en el Frente Progresista, también fueron llegando al Ariston. Los diputados Hugo Storero (nacional) y Juan Carlos Millet (provincial), entre otros. El ambiente de celebración anticipada se iba configurando, pero no cedía la ansiedad. Por suerte el catering llegó a tiempo para calmar la voracidad de los periodistas, que a las 19.30 colmaban la sala de prensa del Hotel Ariston. El inconfundible diputado radical Nelson de Lajonquiere hablaba por su celular a un amigo de "triunfo espectacular", aunque, como todos, prefirió esperar los resultados oficiales para confirmarlo.Con el triunfo perfilado, Miguel Lifschitz no quiso arriesgar un análisis político sobre el panorama nacional que dejaban las elecciones: "Habrá que esperar; es un escenario complejo", dijo el intendente de Rosario. Cerca de él, y muy interesado en confirmar los números, Juan José Gianni -no se fiaba de las encuestas de boca de urna- anticipaba una "interesante discusión" respecto de cómo hacer jugar el triunfo santafesino en la escena nacional. ¿Cuán cerca o lejos del proyecto de la Rosada deberá colocarse Binner? La discusión recién empieza.El búnker socialista fue entrando en clímax. Un triunfo histórico se aproximaba. Los referentes locales querían adelantar los relojes y al fin celebrar. Esta vez, suponían, no se les iba a escapar el triunfo. Ese que estuvo cerca en 2003 y que finalmente se les escabulló.