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contacto@hermesbinner.com.arEl ex intendente admitió "una corriente de simpatía" con el presidente y dijo que en su lista hay kirchneristas Mauricio Maronna / La CapitalHermes Binner le dio un fuerte respaldo al candidato del socialismo para las internas a concejal y confió en que los rosarinos no se olvidarán "de defender todo lo que se logró en la ciudad". Distendido y disfrutando del mate amargo del mediodía, el ex intendente no se molesta cuando se le machaca sobre la comidilla de estos tiempos: su relación con el presidente Néstor Kirchner.Cuando La Capital le pregunta sobre una futura alianza con el santacruceño, Binner descontractura su discurso y sorprende: "Ya tenemos a sectores kirchneristas en el Frente Progresista... Si algo caracteriza a los socialistas es que no somos nada gorilas".
Durante la entrevista, el candidato a diputado nacional desmiente que exista tensión en el Partido Socialista (PS) por la relación con el poder central y desdramatiza el reciente cruce de opiniones entre Miguel Lifschitz y Rubén Giustiniani.
-¿Qué chances tendrá Ghirardi?-La población de Rosario defenderá lo que se ha logrado en la ciudad durante los últimos tiempos. Desde el reconocimiento de Naciones Unidas, que está dirigido al pueblo y al gobierno como ejemplo de gobernabilidad democrática, la ciudad tiene una clara idea de todo lo que se realizó: la apertura de la costa, los parques, las plazas, lo que se hizo en materia de vivienda, salud, educación, cultura. No tengo dudas de que la gente defenderá la idea de seguir construyendo una ciudad para todos. Ghirardi captará las preferencias de los rosarinos.
-Está recorriendo la provincia de punta a punta. ¿Cuál es el trazo grueso a la hora de describir cómo está?-Hay economías regionales que funcionan muy bien, por ejemplo en Rafaela, que es una expresión de buena gestión y optimismo. Pero hay zonas que están postergadas. La provincia está muy fragmentada. A veces decimos el norte y el sur como un reduccionismo, pero no es lo mismo lo que se vive en el noroeste que en el noreste. Hay corrientes colonizadoras diferentes, culturas diferentes, historias diferentes, procesos sociales diferentes. Se debe buscar una nueva forma de gobernar, con autonomía de las gestiones e integración con otros parámetros.
-Lo que sorprendieron fueron las declaraciones de Pablo Zancada (número 5 de la nómina a diputado), quien se mostró en contra de la derogación de las leyes de la impunidad y de la despenalización del aborto.-Cuando tuve la reunión con él (para ofrecerle la candidatura), la única objeción que puso fue respecto a lo del aborto. Y los socialistas somos muy celosos de la libertad de conciencia. De modo que ese pensamiento no es un impedimento para la construcción de una coalición con sectores sociales. El tema de las leyes de obediencia debida y punto final está claro: él (por Zancada) está en contra de que se hubiesen sancionado esas leyes. Más adelante planteó que no le corresponde al Parlamento la anulación. Según él, esto es un atributo de la Corte.
-El tema de moda es su relación con el gobierno nacional. ¿Qué piensa usted de Kirchner y de su gestión?-Tengo una corriente de simpatía hacia el presidente y, obviamente, estamos en partidos diferentes. Pero si no logramos emerger del canibalismo político será muy difícil que la Argentina tenga salida. Al lado de otras cuestiones carecen de trascendencia.
-¿Por ejemplo?-Lo que ocurrió en Venado Tuerto, una de las zonas más ricas del país, con dos chiquitos que murieron por desnutrición, es un hecho que debería preocupar a todos. Debemos convocar a un entendimiento con los sectores políticos y sociales que logren construir el tronco de ideas que luego, cuando avancemos, y crezcan las ramas, terminen en nuevas coincidencias. Hoy por hoy hay que pensar en el tronco que permita alimentar las ramas.
-Hubo una especie de contrapunto entre Lifschitz y Giustiniani respecto a los posicionamientos con el poder central. ¿Usted cómo se ubica?-Son temas sin trascendencia, muchísimas veces debatimos los tres. A veces hay palabras que califican más que otras, pero nadie reniega de la idea de lo que está haciendo el gobierno. Ni mucho menos. El propio Giustiniani votó en el Congreso el ingreso de nuevos miembros de la Corte, que es un claro ejemplo de renovación.
-Pero cuando sea diputado, ¿habrá un alineamiento más fuerte con los proyectos que envíe el Ejecutivo?-Hoy, la mayoría de las cuestiones se resuelve por decretos de necesidad y urgencia, pero los proyectos que se envíen serán tratados de acuerdo a las necesidades del país. (Guillermo) Estévez Boero siempre nos enseñó que lo que es bueno para la Nación es bueno para el socialismo y lo que es bueno para el socialismo es bueno para la Nación.
-¿De cara al 2007 se ve más cerca de Kirchner o de Elisa Carrió?-Depende... Dos años en nuestro país es mucho tiempo.
-Carrió dijo que en el 2007 apoyaría una candidatura suya a gobernador. Por otro lado, si el presidente logra un triunfo contundente en las legislativas se dice que lo llamará para integrar su gobierno.-Sí, pero insisto, para lo que puede ser normal en cualquier país, en Argentina es futurología. Fíjese lo que pasó en diciembre del 2001, que fue ayer, hubo una bisagra. La crisis de credibilidad condiciona el devenir. Ahora estamos en un proceso de cambio y, convengamos, las ciencias sociales no se manejan con los mismos parámetros que las ciencias fácticas.
-¿Se imagina como candidato de Kirchner en el 2007?-Bueno, hoy ya tenemos a sectores kirchneristas en el Frente Progresista... Si algo caracteriza a los socialistas es que no somos nada gorilas. Por lo tanto, todo hecho positivo lo hemos valorado muy bien en relación a una propuesta nacional y popular.
