comentarios:
contacto@hermesbinner.com.arEl senador socialista por Santa Fe marca las diferencias con el gobierno nacional y la agenda de temas urgentes a resolver. También planteó la necesidad de fortalecer institucionalmente el Mercosur.
-¿Cómo será el rol del socialismo en esta campaña electoral con vistas a octubre?-El socialismo en su último congreso nacional, con más de mil delegados de todo el país, definió su posición política unánime con respecto al gobierno nacional y a su política de alianzas. Continuamos en una etapa de transición. Hemos salido del fondo del abismo después de diciembre del 2001, pero existe la necesidad de remontar la situación donde un 40% de la población vive debajo de la línea de pobreza, un 13% en la indigencia, y con un desempleo que es el principal flagelo que castiga a los argentinos.
El socialismo rescata del gobierno medidas positivas como han sido la política de derechos humanos y la renovación de la Corte. Pero, hemos sido muy críticos respecto de la continuidad de un modelo que en lo económico y social se expresa en esos números. Queda una agenda pendiente de reformas que en lo económico pasa por el tema impositivo; en lo social por el cambio del plan Jefes y Jefas; en lo educativo a través de la derogación de las leyes federal y de educación superior y su reemplazo por un nuevo concepto de educación si queremos remontar el neoliberalismo de los 90 que la consideró como un gasto.
El socialismo se plantea como una oposición constructiva, propositiva, responsable. No es hora de analizar las cosas en blanco y negro sino de no tener problemas en rescatar lo que consideramos positivo y ser críticos con lo que consideramos que hay que cambiar en el país.
-¿El gobierno es consciente de esta agenda o habrá que esperar hasta después de las elecciones?-El país está consciente de esto. El problema de la generación de empleo, de la reconstrucción de las pequeñas y medianas empresas y de las economías regionales, la necesidad de un cambio de las políticas sociales son temas cuya necesidad no se discute. Son materias que no deberían depender del resultado de una elección, si no ser políticas de Estado permanente. El socialismo insistirá con la convocatoria a un Consejo Económico y Social. El país necesita de un consenso fuerte para que estas políticas de cambio puedan llegar a implementarse.
-En el reciente congreso de partidos socialistas del Cono Sur ¿se planteó el problema con Uruguay por la instalación de plantas de pasta de celulosa?-Sí, y también las controversias de Brasil como las asimetrías en los desarrollos industriales y en las inversiones extranjeras. Se ha planteado la morosidad del Mercosur en avanzar en su institucionalización. La no formación de un Parlamento hace que terminemos presos del humor que tengan algunos ministros o algún presidente. La consolidación de un bloque regional es fundamental. Todas las controversias, lógicas de los procesos de integración, se deben discutir en los ámbitos correspondientes y no en los medios de comunicación.El tema debe debatirse sobre la base del interés nacional de cada uno de los países integrantes. En el Mercosur, tenemos que discutir los intereses de nuestros productores. No puede ser un Mercosur como el actual que parece ser de suma cero. Esta unidad es un proceso de integración fundamental para cada uno de los países. No hay ninguna posibilidad de competencia internacional si no es a través de un bloque regional. No podemos consolidar un Mercosur donde tenemos la sensación de que vendemos a Brasil materias primas e importamos manufacturas. Con respecto a los amigos uruguayos, coincidimos en que la comisión acordada entre ambos gobiernos debe funcionar y se debe poner todo en un plano de seriedad técnica acerca de cuál es la real contaminación que podrían producir estas empresas. La comisión ya tuvo una reunión, hizo una agenda de trabajo y tenemos que esperar su pronunciamiento.
-¿Qué grado de repercusión tuvo en el Senado el procesamiento dispuesto por el juez federal Rafecas por el pago de sobornos para votar la reforma laboral?-La inmensa mayoría de los actuales senadores no estábamos en esa etapa. Es positivo que la causa avance y se determinen responsabilidades. Lo peor que puede pasar es que se produzcan denuncias de coimas y cohecho y después se cajonean los expedientes y no hay resolución. Esto genera sensación de impunidad en la población. Que termine la causa, que sean detectados los responsables y que terminen en la cárcel, sería saludable para la República.
-¿Cómo se persuade hoy a los senadores para votar una ley que el Ejecutivo considera importante?-Existen alineamientos políticos y pertenencias de acuerdo al lugar donde uno es. Días atrás, cuando votábamos la disminución del IVA para fertilizantes agropecuarios, los senadores del interior lo hicimos conscientes de la importancia de la medida para los productores. Después está el debate de oficialismo-oposición y la fuerte presión del Ejecutivo Nacional de sacar determinadas leyes que el gobierno dice necesitar. Desde mi caso, tengo una independencia de criterio mayor para poder votar lo que considero necesario en función de los intereses de la población y no de intereses políticos coyunturales.
-¿El gobernador Obeid lo ha llamado para que vote una ley?-Hemos tenido debate no sólo los senadores y diputados de la provincia sino de la Región Centro convencidos de que hay temas fundamentales que están más allá de algún interés partidario particular y que hay que votar en conjunto.
Superpoderes
El senador Giustiniani anticipó su rechazo a una eventual prórroga de superpoderes. "Sería nefasto porque con superpoderes el presupuesto es inexistente. Queda una facultad discrecional absoluta para que el jefe de Gabinete pueda reasignar, por ejemplo, la partida de una obra pública para la provincia y pasarla a Santa Cruz o La Rioja. Esto es muy usado como premio y castigo de acuerdo al comportamiento político, lo cual es preocupante desde el punto de vista de lo que debe ser un sano funcionamiento republicano de los poderes".
Mario Cáffaro
